Pronuncias palabras que nunca escuché
y siento tu respiración entrecortada
latir en mis cansadas sienes.
La comprensión de una mirada furtiva
que no sostiene mi mirada
en el instante exacto en el que
el entendimiento de lo que nos ocurre
irrumpe robándole a la tarde
un haz de silencio insoportable
que nos descubre entre rubor de amapola
el secreto que tan celosamente
tú y yo callamos en cada encuentro.
Momento de traición
desnudez de dos almas
tan viejas y tan solas,
tan viejas y tan solas,
tan heridas... por la falta
desde siempre sabida
desde siempre sabida
de un otro compañero,
que ambos intuimos al mirarnos
sin atrevernos a decirlo...
tan resignados ya
en el momento de la vida que vivimos
a la eterna ausencia de un igual.