Un suave roce
De tus labios
En mís labios.
Una leve caricia
Como si fuese el viento.
Mitigar soledades... Pasear la vista por la caligrafía del ordenador y dejar que las palabras nos transporten. Mil miradas sobre mil mundos. En los submundos del mundo es donde hago yo mi casa.
Suspendida en el instante
En el que tu ausencia
Me grita mí soledad
Respiro el aire denso
De una tarde de verano
En la que el sol incendia el cielo
Poco antes de que caiga la noche.
Miro a mí alrededor
Me siento pequeña y sola
Sé que tu no estás
Que no estarás nunca.
Que nunca estuviste.
Pero estás, por supuesto que estás.
Aún en tu ensordecedora ausencia
A pesar de mí más profunda soledad
Incluso en este instante diminuto
En esta tarde de verano
En cualquier tarde
En cualquier lugar donde yo vaya
Aunque no te vea nunca
Incluso si tú nunca me has visto.
Estás.
Por supuesto que estás.