Agarrame!
Agarrame fuerte
para que El viento no me aleje
Como cometa en las manos de un niño.
Susurrame al oído
Palabras de arena,
Para que em silencio
De las caracolas
No me arrastre al fondo del mar
Mitigar soledades... Pasear la vista por la caligrafía del ordenador y dejar que las palabras nos transporten. Mil miradas sobre mil mundos. En los submundos del mundo es donde hago yo mi casa.
No me resulta tarea fácil ni sencilla, ni exenta de cierta angustia. El azahar me quiso regalar el dón de la imagen semántica, el poder de ponerle otras palabras a las palabras; y al mismo tiempo, la dificultad de una ortografía insurrecta, de un pozo obscuro para los nombres, e incluso de un baile desordenado para las letras, que ralentiza mí escritura y mí lectura dejando la imagen de mí misma salpicada de incompetencia y de vergüenza.
En el fondo de mí, llevo sabiendo desde siempre que un día escribiría. Mejor dicho, que un día publicaría, porque escribir, nunca he dejado de hacerlo. Y quizás, haya llegado el tiempo de agua mansa, tanto tiempo deseado, en el que me atreva a concretar mi más íntimo deseo.
¿Por qué no gritas mí nombre
para que te oiga?
¿Por que no denuncias mí ausencia
para que se restablezca la justicia?
¿Por qué no me mojan tus lágrimas?
¿Por qué no luchas contra los Dioses?
......................................................
¿Es que acaso no me buscas?
¿Es que acaso no soy tuya?
¿Es posible que no te duela mí ausencia?
¿Es que acaso te has rendido sin luchar?
El corazón;
chiquillo inquieto,
insolente alocado,
impetuoso;
grita tu nombre
incesantemente.
Te busca en cada rostro,
en cada caminar.....
pero nadie se parece a ti
y tú no apareces.
La razón;
pobre loca juiciosa,
ordenada en la norma social,
sensata enemiga lúcida;
grita que solo existes en mí fantasía,
que no es posible,
que te invento para mitigar soledades,
que debo olvidar tu voz y tus silencios
que debo olvidar...
Olvidarme de ti.
El corazón;
desbocado
como un potro asustado,
se traga corriendo tu nombre
que queda atrapado en la garganta.
Qué dolor!!!!!
La razón ha ganado hoy la batalla.
Y el corazón sombrío,
avergonzado,
susurra tu nombre bajito,
a escondidas.
Vaguea, ¡pobre loco!,
sin rumbo
como los borrachos
cuando vuelven a casa
bien entrada la noche.
Y mientras,
se repite a sí mismo,
lastimado
por la derrota
que tal vez no existas...
Y que no te puede olvidar.
Hoy me he dejado llevar por mis pasos
inerte, ausente, autómata.
Caminaba en silencio,
despacio,
como queriendo borrar mís huellas.
Nadie me vio.
Yo no escuché a nadie.
Y así, sigilosamente,
como de puntillas,
mis pasos sordos me llevaron
hasta tu mirada
que apareció ante mí
majestuosa y clara,
como la mañana nueva,
como el manantial que brota,
tal y como la recordaba.
En el lugar más profundo del alma
no encuentro ningún dios soberano.
No encuentro su magnífica creación,
ni el cielo, ni el infierno,
ni al espíritu santo.
En el rincón más profundo del alma
habita mí esencia más íntima,
algunos anelos secretos,
un rayo de sol,
un ruido de risas,
el olor de tantos amaneceres,
el roce de algunas miradas
y la huella de unos pocos.
Un horizonte inalcanzable,
Y una pincelada de nostalgia
de tanto que nunca ocurrirá.